Entrevista a Carlos Reyes Ramírez: «Hay que insuflar imaginación a la ciudadanía. Hay que ser atrevidos»
Fotografía de Armín Díaz
Por las redes sociales saltó una buena noticia, el laureado poeta Carlos Reyes Ramírez ha decidido iniciar la aventura y la andadura de una editorial desde Iquitos, la región Loreto que ocupa el último lugar de comprensión lectora y de lectores. Reto nada fácil, pero Carlos es una persona que estos, los retos, le animan más. Aquí una breve entrevista donde pergeña algunas ideas alrededor de los libros y bibliotecas imaginarias:
Con un serio déficit de comprensión lectora y de lectores en la región ¿Por qué crear una editorial ahora?, ¿Es una utopía?
Las utopías son necesarias y oportunas en estos tiempos donde los beneficios económicos se consideran más importantes que las personas. La posibilidad de una editorial en la Amazonia responde a una necesidad de apostar y proponer una alternativa para la promoción de la publicación y por la buena lectura y reconocer los derechos de autor/a por el trabajo y la dedicación de quienes escriben. En una región como Loreto con índices bajos en comprensión lectora y lectores la editorial es una apuesta de alto riesgo y un reto. Se necesitan nuevos modelos editoriales centrados en la calidad de lo que se publica y la promoción de libros supervisados por su contenido y por su propuesta estética. Hasta el momento el facilismo, la improvisación y el deseo de ganar dinero publicando ha nublado a la utopía. Estoy preparado para retos.
En cuanto a las publicaciones en el palustre amazónico, ¿Se pueden encontrar lectores/as? En caso de que no sea así, ¿A qué atribuyes la ausencia de lectores/as?
Hay que seducir con buenas lecturas a esos posibles lectores, somos conscientes de este desafío. Y hablo en plural porque somos varios en esta propuesta que estamos hartos de los niveles de la economía del regatón en la lectura y lo que la rodea. Publicar se ha vuelto un negocio de unos pocos, la promoción de escritores que incluso no escriben sus libros y el lucro personal. Existen políticas sin objetivos claros sobre la lectura en el ámbito local, regional y nacional eso es un lastre para la captura de lectores. A pesar de este contexto, queremos ser optimistas.
El Plan Lector se ha convertido en una de las debilidades del acceso a la buena lectura ¿Cómo salvar ese escollo?
Es cierto que se ha prestado a malas prácticas. A las corruptelas. A la falta de una buena criba para seleccionar textos. El Plan Lector se ha vuelto una mala práctica. Hay que abrir un serio debate en la región sobre el impacto o los impactos del Plan lector, seguramente, que hay cierta causalidad sobre los índices de lectura. Ya advertía hace un tiempo el poeta Jorge Eslava Calvo los fallos que hacen fracasar el Plan Lector, pero hay que discutirlos y enmendarlos con un debate público. Si seguimos así vamos al abismo y seguiremos siendo la región con estos serios déficits en lectura y en comprensión. Lamentablemente, las autoridades políticas siguen con indiferencia estas cifras. No les incomoda.
Una de las claves para implementar una política de lectura en la región es contar con la infraestructura necesaria como bibliotecas, libros, acceso a internet, canales de distribución, etc. ¿Con todo esto en contra por qué todavía apuestan por una editorial?
Es cierto, estamos a unos niveles de precariedad en cuanto a la infraestructura de condiciones para la lectura. Por eso el reclamo que haya una política regional y local sobre la lectura que debe ser complementaria. No tenemos una adecuada biblioteca regional ni se les pasa por la cabeza a los que nos gobiernan, están en otra cosa. La apuesta de la editorial es llamar la atención sobre estos yerros que nos asolan. Como el Quijote sale a desfacer entuertos en la patria de los libros y lo que rodea a este.
¿Has soñado con una biblioteca en la Amazonía peruana? ¿Cómo sería esta biblioteca imaginaria?
¿Quién no la ha soñado? No solo para las principales ciudades que conforman la Amazonía sino bibliotecas descentralizadas que lleguen hasta los últimos caseríos y centros poblados. Estas tendrían acceso a los libros de parte de la ciudadanía, los estudiantes escolares con buena conexión a internet. Hay excelentes colecciones digitales a las que se pueden acceder con internet. ¿Por qué no habilitar una biblioteca en los principales puertos de la ciudad?, ¿Es difícil habilitar, por ejemplo, un bote motor cargado de libros en la ruta de Iquitos hasta el caserío de Chino por Tamshiyacu y otros caseríos? Hacer esto sería revolucionario, hay que insuflar imaginación a la ciudadanía. Hay que ser atrevidos como para concebir una biblioteca en esta parte de la selva.