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Las guerras no nos dejan en paz
Somos un país de una larga cultura extractivista. Esa lógica del descepe, preferentemente, sobre los recursos naturales, aunque no solo de ellos, nos ha perjudicado nuestra manera de pensar, de relacionarnos con el entorno natural, con las otras personas. El corto plazo ha encontrado el hábitat perfecto para anidar dentro de esta cultura. Para nuestra desgracia pensamos que esa es la luz salvadora de los males nacionales, miremos a nivel regional la decrepitud a la hora de gobernar – no es sólo este gobierno sino es el cúmulo de personas ineptas que nos han gobernado, sepan ustedes perdonar el tono. Y como ciudadanía, hay que reprocharnos también, poco que hemos…