¿Y la política de la lectura y de los libros? No está ni se le espera
Hemos tenido un año del ejercicio de un nuevo gobierno regional en Loreto y poco o nada se ha hecho para perfilar o elaborar una política sobre los libros, es un gobierno que se caracteriza por dar titulares a su prensa palaciega (¿O será esta quien hace los titulares?), pero de contenido es magro y errático, amén de cortoplacista. Con estos precedentes tenemos que en esta región de la Amazonía peruana no existe una política sobre la lectura y de los libros. El año 2023 un grupo de personas preocupadas por ocupar los últimos lugares en comprensión lectora y de lectura, publicó un manifiesto donde expresaban su inquietud y pergeñaron algunas ideas sobre la implementación de esta política. Pero, desde entonces, no hay ningún avance en esa dirección, la inercia sumada a la férrea pereza gana terreno. Ingenuamente, se cree que celebrar feria de libros es la cima de la política sobre la lectura y la comprensión lectora o el de promover concursos literarios sin ton ni son. Hay personas, con superlativa inocencia, que glorifican a esta feria o a las donaciones de libros sin ningún criterio; a mi entender, apostar solo por estar ferias o estas ocurrentes donaciones desarticula la tarea del Estado sobre el quehacer de la lectura, es trasvasar la responsabilidad a la ciudadanía quien de su bolsillo debe comprar libros si quiere leer, serio error. Los tiros no van por allí. Esta labor desde el Estado pasa por implementar una red de bibliotecas y de acuerdo a su contexto, por ejemplo, recordar que las bibliotecas no son solo llenar las librerías de textos. Estas deberían tener un buen acceso a internet, una buena selección de lectura para los lectores de diferentes edades, pensar o imaginar cómo sería una biblioteca en el área rural de la floresta, mejorar los salarios y capacitar de quienes gestionan las bibliotecas entre otras acciones. Y, desgraciadamente, nada de eso se observa en este gobierno regional tampoco en el ámbito del gobierno local. Este rincón del país está lleno de crueles paradojas, me explico. El año pasado la poeta Ana Varela Tafur ganó el Premio Nacional de Poesía 2023, y en su región natal seguimos a la cola de la lectura y en comprensión lectora. Cabe preguntarse ¿Podrán las lectoras y lectores de la floresta acceder a leer en las bibliotecas Estancias de Emilia Tangoa, el poemario ganador?